Caos en Santiago: Barristas de Colo Colo desatan disturbios en Plaza Baquedano tras llamado de la Garra Blanca

La noche del viernes 11 de abril de 2025, el centro de Santiago se convirtió en escenario de violentos enfrentamientos cuando cerca de 100 barristas de Colo Colo, convocados por la Garra Blanca, protagonizaron desmanes en Plaza Baquedano. La respuesta de Carabineros no se hizo esperar, mientras barricadas y disturbios se extendieron a otras zonas de la capital.

Chile11 de abril de 2025The Times en EspañolThe Times en Español
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Santiago, Chile, 11 de abril de 2025 – La capital chilena vivió una jornada de alta tensión luego de que aproximadamente 100 barristas de Colo Colo, respondiendo a un llamado de la Garra Blanca, desencadenaran disturbios en Plaza Baquedano, también conocida como Plaza Dignidad. Los incidentes, que incluyeron enfrentamientos con Carabineros, lanzamiento de objetos contundentes y la quema de barricadas, se extendieron a otras zonas de Santiago, agravando el clima de inestabilidad social tras la tragedia que marcó el fútbol chileno esta semana. 



Los disturbios tienen su origen en la indignación de la Garra Blanca, la principal barra brava de Colo Colo, por la muerte de dos hinchas –una joven de 18 años y un menor de 13– el jueves 10 de abril, durante un operativo policial fuera del Estadio Monumental. Según reportes, los jóvenes habrían fallecido tras ser aplastados en una avalancha provocada por un carro lanza gases de Carabineros, en el marco de enfrentamientos previos al partido contra Fortaleza por la Copa Libertadores. La Garra Blanca, a través de redes sociales, convocó a una manifestación masiva para exigir justicia, calificando el hecho como un "asesinato" y prometiendo que "las calles arderán" en memoria de las víctimas.  
 
 
Hacia las 20:00 horas del viernes, los barristas se congregaron en Plaza Baquedano, un punto simbólico de protestas desde el Estallido Social de 2019. Según testigos, los manifestantes, muchos encapuchados, encendieron barricadas, lanzaron piedras y botellas, y enfrentaron a las Fuerzas Especiales de Carabineros, que respondieron con carros lanza aguas y gases lacrimógenos. Videos compartidos en redes sociales muestran el caos en el sector, con banderas de Colo Colo ondeando entre el humo y el fuego.  
 
 
 
Los desmanes no se limitaron al centro de la ciudad. En comunas como La Florida, Puente Alto y Maipú, se reportaron barricadas y enfrentamientos aislados, lo que obligó a Carabineros a desplegar un amplio operativo en la Región Metropolitana. Hasta el cierre de esta edición, no se habían reportado cifras oficiales de detenidos ni heridos, pero la situación seguía siendo volátil. 


La violencia desatada en Santiago no puede desvincularse del contexto político y social que atraviesa Chile. La muerte de los dos hinchas ha reavivado las heridas del Estallido Social, cuando las protestas masivas en Plaza Baquedano dejaron un saldo de muertos, heridos y denuncias por abusos policiales. La Garra Blanca, históricamente vinculada a movimientos sociales y enfrentamientos con las autoridades, ha capitalizado el luto para canalizar una furia que trasciende el fútbol.  
 
El gobierno de Gabriel Boric enfrenta un nuevo desafío. El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, quien anunció la suspensión del Superclásico programado para el domingo, ha sido blanco de críticas por su manejo de la crisis. Desde la oposición, figuras como Evelyn Matthei y José Antonio Kast han acusado al Ejecutivo de "tolerancia excesiva" con los barristas y de no aplicar mano dura contra la violencia. "No podemos permitir que las calles sean tomadas por delincuentes mientras el gobierno mira para otro lado", señaló Kast en un mensaje en redes sociales. 


Por su parte, sectores oficialistas han intentado bajar el tono, pidiendo una investigación transparente sobre la actuación de Carabineros en el Monumental. Abogan por un diálogo para abordar las causas de la violencia. Sin embargo, la presión pública crece, especialmente tras la renuncia de Pamela Venegas, jefa del Plan Estadio Seguro, quien dejó el cargo el jueves en medio de cuestionamientos por los incidentes fatales. 



La Garra Blanca, fundada en 1986 durante la dictadura de Augusto Pinochet, ha sido mucho más que una barra brava. Nacida como un espacio de resistencia juvenil, ha estado involucrada en episodios de violencia, narcotráfico y enfrentamientos con la policía a lo largo de su historia. Durante el Estallido Social de 2019, sus miembros fueron protagonistas en Plaza Baquedano, alternándose con la barra de Universidad de Chile, Los de Abajo, para liderar protestas y enfrentarse a Carabineros.  
 
 
En los últimos años, la Garra Blanca ha mostrado una estructura fragmentada, con facciones como "Killpxe", "Cobras" y "Revoltosos" compitiendo por el control interno, lo que ha derivado en episodios de violencia incluso entre sus propios miembros. Este vacío de liderazgo, sumado a su rechazo al Registro Nacional de Hinchas –implementado para identificar a barristas problemáticos–, ha complicado los esfuerzos de las autoridades por controlar sus acciones.  
 
 
 
El llamado de la Garra Blanca a manifestarse no solo responde al dolor por las víctimas, sino también a una narrativa de confrontación con Carabineros, a quienes acusan de "ensañamiento" contra los hinchas de Colo Colo. En un comunicado, la barra exigió "juicio y castigo" para los responsables y llamó a no retomar el fútbol hasta que se esclarezcan los hechos, un eco de sus amenazas en 2020 tras la muerte del hincha Jorge Mora en circunstancias similares.  

En The Times en Español, consideramos que los disturbios en Plaza Baquedano son una señal alarmante de la fragilidad del orden público en Chile. La Garra Blanca, con su capacidad para movilizar a cientos de personas, demuestra una vez más su influencia como actor social y político, capaz de transformar un duelo futbolístico en un desafío directo al Estado. Sin embargo, su historial de violencia y vínculos con actividades ilícitas plantea preguntas sobre la legitimidad de sus demandas. 


El gobierno de Boric enfrenta un dilema crítico: endurecer la represión, arriesgándose a escalar el conflicto y alimentar acusaciones de autoritarismo, o buscar el diálogo, lo que podría ser interpretado como debilidad. La actuación de Carabineros, cuestionada por su uso de la fuerza, requiere una investigación rigurosa para determinar responsabilidades, pero también una reforma estructural que evite la repetición de tragedias como la del Monumental. 


Además, la suspensión del Superclásico y los disturbios en Santiago evidencian el fracaso del Plan Estadio Seguro, incapaz de prevenir la violencia dentro y fuera de los recintos deportivos. La ANFP, por su parte, ha quedado en una posición incómoda, acusada de eludir responsabilidades mientras los clubes luchan por controlar a sus barras. 

La noche de disturbios en Plaza Baquedano deja un panorama incierto. ¿Cómo se gestionará la seguridad en los próximos días, con los funerales de las víctimas programados para el domingo? ¿Podrá el fútbol chileno recuperar su esencia como espacio de unión en medio de tanto dolor? Y, más importante aún, ¿logrará el gobierno recuperar la confianza de una ciudadanía que ve en cada barricada un reflejo de sus propias frustraciones?


Desde The Times en Español, hacemos un llamado a las autoridades, clubes y sociedad civil a trabajar en conjunto para transformar esta crisis en una oportunidad de cambio. La memoria de las víctimas merece justicia, pero también un compromiso colectivo para que el fútbol y las calles de Chile dejen de ser sinónimo de tragedia. 


Sigue la cobertura en The Times en Español: Para más detalles y análisis sobre esta crisis y otros temas que sacuden a Chile, visita nuestro sitio web y participa en la conversación en redes sociales. The Times en Español, tu fuente confiable para entender la realidad desde Santiago al mundo.

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