Marcel desafía la tormenta arancelaria en un cara a cara con EE.UU.: ¿diplomacia o rendición?

El ministro de Hacienda chileno, Mario Marcel, se reunió con el vicesecretario del Tesoro de Estados Unidos en Washington, en plena escalada de tensiones comerciales. Busca defender el Tratado de Libre Comercio ante las medidas proteccionistas de Trump, mientras el mundo observa si Chile resistirá o cederá en esta guerra arancelaria que sacude la economía global.

Estados Unidos26 de abril de 2025The Times en EspañolThe Times en Español
Mario Marcel
Mario Marcel

Washington D.C., 26 de abril de 2025 - En un escenario internacional que parece sacado de una película de suspenso económico, el ministro de Hacienda de Chile, Mario Marcel, aterrizó en Washington para enfrentarse cara a cara con Michael Faulkender, vicesecretario del Tesoro de Estados Unidos.

La reunión, celebrada ayer viernes 25 de abril, no fue un simple café diplomático: ocurrió en medio de una guerra arancelaria desatada por las políticas del presidente Donald Trump, quien ha puesto al comercio global en jaque con medidas que muchos califican de audaces y otros de temerarias. Marcel, con la misión de proteger los intereses de Chile, llevó a la mesa un mensaje claro: el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, vigente desde hace 21 años, debe ser el escudo contra las tarifas que amenazan con golpear las exportaciones chilenas.


La cita tuvo lugar durante las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, un telón de fondo perfecto para un encuentro de alto voltaje. Mientras los mercados globales tiemblan y el precio del cobre —el oro rojo de Chile— fluctúa como si tuviera vida propia, Marcel busca respuestas en un contexto donde Estados Unidos ha impuesto aranceles del 10% a países que no reciprocan con tarifas similares, dejando a Chile en una posición incómoda. Sin embargo, el ministro no llegó con las manos vacías: subrayó que el TLC, firmado en 2003, garantiza un comercio sin barreras arancelarias entre ambas naciones, y que cualquier desviación de este acuerdo sería un golpe no solo a Chile, sino a la credibilidad misma de Washington.


"Desde nuestra perspectiva, este es un shock contractivo, pero no requiere una respuesta fiscal robusta en primera instancia", afirmó Marcel tras el encuentro, según declaraciones recogidas por el Ministerio de Hacienda chileno. Con un tono que mezcla pragmatismo y cautela, el ministro dejó entrever que Chile no planea entrar en pánico, pero tampoco quedarse de brazos cruzados. Faulkender, por su parte, escuchó con atención, aunque las fuentes oficiales estadounidenses guardaron silencio sobre los detalles, limitándose a destacar “oportunidades de colaboración” entre ambos países. ¿Traducción? Nadie sabe aún si esto fue un avance o un simple intercambio de cortesías.


El trasfondo de esta reunión es tan complejo como fascinante. Hace apenas unas semanas, Trump anunció una pausa de 90 días en la aplicación de aranceles más severos, una decisión que Marcel calificó de “buena noticia” en su momento, pero que no disipa la incertidumbre. Chile, un país cuya economía depende en gran medida de sus exportaciones —especialmente del cobre, que representa cerca del 50% de sus envíos al exterior—, no puede permitirse quedar atrapado en el fuego cruzado de una guerra comercial que no provocó. Y aquí radica el dilema: mientras EE.UU. exalta su agenda de “America First”, Marcel defiende que el cobre chileno es clave para la competitividad de la industria manufacturera estadounidense.

“Somos el principal proveedor de barras de cobre para ellos. Si nos castigan, se castigan solos”, parecen gritar los números.


Pero no todo es cobre en esta ecuación. Marcel también aprovechó su estadía en Washington para reunirse con figuras como Adam Posen, del Peterson Institute for International Economics, y Rodrigo Valdés, exministro chileno y actual director del hemisferio occidental del FMI. Estas conversaciones, aunque menos mediáticas, reflejan una estrategia más amplia: tejer una red de aliados en un momento en que el comercio global parece un tablero de ajedrez donde cada movimiento puede ser fatal. Hoy sábado, el ministro cerrará su agenda con encuentros junto a Kristalina Georgieva y Gita Gopinath, las máximas autoridades del FMI, en un esfuerzo por alinear a Chile con una postura multilateral que contrarreste el unilateralismo de Trump.


La reunión con Faulkender no es un hecho aislado. Días atrás, Marcel convocó en Santiago a exministros de Hacienda y expresidentes del Banco Central para trazar una hoja de ruta ante este “shock económico global”, como él mismo lo describió. Entre los presentes estuvieron pesos pesados como Alejandro Foxley, Nicolás Eyzaguirre y José de Gregorio, quienes coincidieron en la necesidad de una respuesta coordinada. Desde ahí surgió la idea de un grupo de trabajo permanente, una especie de “consejo de sabios” económicos que asesore al gobierno de Gabriel Boric en esta tormenta arancelaria. “No es fácil anticipar escenarios cuando las decisiones son tan fluidas”, admitió Marcel, dejando entrever que, aunque Chile tiene un plan, el impredecible estilo de Trump podría cambiar las reglas del juego en cualquier momento.


¿Qué busca Chile con esta ofensiva diplomática?

En primer lugar, reafirmar la vigencia del TLC como un marco intocable. “Nuestro referente en todo este proceso es nuestro Tratado de Libre Comercio”, insistió Marcel, marcando una línea en la arena. Pero también hay un mensaje tácito: si EE.UU. respeta acuerdos similares con México y Canadá, ¿por qué Chile recibiría un trato diferente? Esta pregunta, cargada de diplomacia pero con un dejo de desafío, resonó en Washington y promete ser el eje de las negociaciones venideras, incluida una reunión clave en junio con la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR).


Mientras tanto, en Chile, los exportadores contienen la respiración. El sector frutícola, otro pilar de la economía nacional, ya ha alzado la voz, exigiendo claridad y apoyo. Marcel, consciente de esta presión, ha prometido medidas para reducir la incertidumbre, desde apoyo directo a los embarques hasta una diversificación de mercados. Pero la realidad es cruda: con China también en la mira de Trump y Europa tambaleándose, las opciones no abundan. Y aunque el ministro proyecta calma, sus palabras sobre un impacto mayor en 2026 sugieren que lo peor podría estar por venir.


En resumen, la reunión de Marcel con Faulkender es un capítulo más en una saga que combina economía, política y un toque de drama internacional. Chile, pequeño en tamaño pero grande en ambición comercial, se juega mucho en esta partida. ¿Logrará Marcel convertir la diplomacia en un arma efectiva contra los aranceles, o terminará siendo una voz más en el caos global? Solo el tiempo —y tal vez Trump— lo dirá.


 
Análisis de The Times en español: Marcel, el domador de tormentas que coquetea con el abismo


Desde Santiago, The Times en español observa con una mezcla de admiración y escepticismo este nuevo acto de Mario Marcel, el ministro que parece haber nacido con una calculadora en la mano y un manual de diplomacia bajo el brazo. Su viaje a Washington, narrado con detalle en nuestra nota, es un intento valiente —o temerario, según se mire— de domar la bestia arancelaria que Donald Trump ha soltado sobre el mundo. Pero, ¿es esto un triunfo estratégico o una danza sobre el filo de la navaja?


Marcel, con su tono sereno y su insistencia en el TLC, proyecta la imagen de un negociador implacable. Sin embargo, como ya advertimos en nuestra edición del 7 de abril (“Marcel advierte sobre guerra comercial: ‘Uno de los shocks más grandes en décadas’”), este no es un juego de niños. El cobre, ese héroe nacional, podría ser tanto la salvación como la condena de Chile si EE.UU. decide apretar las tuercas. Y mientras Marcel se codea con las élites del FMI, en The Times en español no podemos evitar preguntarnos: ¿está Chile realmente preparado para este huracán, o solo estamos viendo un espectáculo de ilusionismo económico?


Con un toque de sátira, imaginamos a Marcel regresando a Santiago con una medalla de “mejor esfuerzo” mientras Trump, desde su torre dorada, tuitea algo como “Chile? Great copper, bad negotiators!”. Pero bromas aparte, el análisis de The Times en español, basado en nuestras propias fuentes, sugiere que este round diplomático es solo el comienzo. Marcel ha comprado tiempo, sí, pero el reloj sigue corriendo. Invitamos a nuestros lectores a seguir este culebrón económico en www.thetimes.cl, donde la realidad siempre tiene un giro inesperado.

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¿Quieres saber cómo termina esta batalla comercial? Sigue leyendo The Times en español en www.thetimes.cl y no te pierdas ni un detalle de este enfrentamiento económico que tiene al mundo en vilo.

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