Pekín niega negociaciones con Estados Unidos mientras Trump insiste en un diálogo activo que sacude los mercados

China desmiente cualquier avance en conversaciones comerciales con EE.UU., avivando la tensión por aranceles y el temor a una recesión global, mientras Trump asegura que "todo está activo".

Mundo24 de abril de 2025The Times en EspañolThe Times en Español
AFP_ Trump Xi
Donald Trump AFP

Pekín, 24 de abril de 2025 – La guerra comercial entre China y Estados Unidos, las dos mayores economías del planeta, ha alcanzado un nuevo punto de inflexión este jueves luego de que el gobierno chino desmintiera categóricamente las afirmaciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre supuestas negociaciones en curso. En un contexto de aranceles punitivos, mercados en caída libre y crecientes temores de una recesión global, la declaración del Ministerio de Comercio chino ha echado más leña al fuego de una disputa que lleva meses sacudiendo la economía mundial.


En su rueda de prensa semanal, el portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yadong, fue tajante: "Como departamento competente en materia de relaciones económicas y comerciales con el extranjero, quisiera destacar que actualmente no hay negociaciones económicas ni comerciales entre China y Estados Unidos". Estas palabras llegaron como una respuesta directa a las declaraciones de Trump el miércoles, cuando el magnate republicano afirmó ante periodistas que su administración estaba buscando un "acuerdo justo con China" y que "todo está activo" en términos de diálogo con Pekín. Sin embargo, según He, "cualquier afirmación sobre el progreso de las negociaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos carece de fundamento y base fáctica".


El enfrentamiento comercial, que Trump ha justificado como una retaliación ante lo que describe como "prácticas comerciales injustas" por parte de China, ha escalado en las últimas semanas con la imposición de nuevos aranceles. Estados Unidos aplicó gravámenes que alcanzan hasta el 145% sobre ciertos productos chinos, una medida que Pekín no tardó en contrarrestar con aranceles del 125% sobre importaciones estadounidenses. Este intercambio de golpes económicos ha generado una ola de incertidumbre en los mercados financieros, con caídas significativas en los principales índices bursátiles y un aumento en las proyecciones de una posible recesión global.


La postura de China, según el portavoz He, es clara: no habrá negociaciones mientras Estados Unidos no dé un paso atrás en lo que Pekín considera "prácticas erróneas". "China insta a Estados Unidos a corregir sus errores, mostrar la sinceridad necesaria para las conversaciones y volver a la vía correcta del diálogo y la consulta en condiciones de igualdad", afirmó He, dejando entrever que el balón está ahora en el tejado de Washington. Esta declaración refuerza la narrativa china de que no cederá ante las presiones de Trump, quien ha hecho de la confrontación con Pekín una bandera de su política económica desde su regreso a la Casa Blanca.


Por su parte, Trump ha mantenido un tono ambiguo pero optimista en sus declaraciones públicas. El miércoles, al ser preguntado por la prensa sobre si había entablado conversaciones directas con Pekín, el presidente estadounidense respondió con su característico estilo evasivo: "Todo está activo". Estas palabras, sin embargo, contrastan con la realidad descrita por el gobierno chino, lo que plantea dudas sobre si las afirmaciones de Trump son una estrategia para proyectar control sobre la situación o si realmente existen canales de comunicación que Pekín prefiere no reconocer públicamente.


El impacto de esta guerra comercial trasciende las fronteras de ambos países. Los aranceles han encarecido bienes esenciales en mercados globales, afectado las cadenas de suministro y golpeado a sectores como la tecnología, la agricultura y la manufactura. Analistas económicos advierten que, de no resolverse pronto, esta escalada podría derivar en una recesión global, un escenario que ya comienza a reflejarse en la volatilidad de Wall Street y otras plazas financieras. Por ejemplo, el índice Dow Jones registró una caída del 3% tras las declaraciones de Trump, mientras que el Shanghai Composite perdió un 2,5% en la jornada del jueves, reflejando el nerviosismo de los inversores ante la falta de avances.


En el trasfondo de esta disputa están las acusaciones de larga data de Estados Unidos contra China por temas como el robo de propiedad intelectual, subsidios estatales a empresas chinas y un desequilibrio comercial que Trump ha calificado de "inaceptable". Pekín, por su parte, defiende su modelo económico y acusa a Washington de practicar un proteccionismo que viola las normas del comercio internacional. Este intercambio de reproches ha convertido lo que comenzó como una negociación comercial en un enfrentamiento geopolítico de proporciones históricas.


La negativa de China a reconocer cualquier tipo de diálogo también podría interpretarse como una maniobra estratégica. Al desmentir a Trump, Pekín no solo refuerza su posición de fuerza, sino que también pone en duda la credibilidad del presidente estadounidense ante la comunidad internacional. Algunos expertos sugieren que China podría estar esperando a que la presión económica y política interna en Estados Unidos obligue a Trump a suavizar su postura, especialmente considerando que 2025 es un año clave para su administración en términos de resultados económicos tangibles.


Mientras tanto, la Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial a las declaraciones de Pekín, lo que deja un vacío de información que alimenta la especulación. ¿Está Trump exagerando el estado de las negociaciones para calmar a los mercados y a sus votantes, o hay avances en las conversaciones en curso que China prefiere mantener en secreto por razones estratégicas? Por ahora, la falta de claridad solo intensifica la incertidumbre.


Desde The Times en español, hemos seguido de cerca la evolución de esta guerra comercial, y las declaraciones de este jueves desde Pekín no hacen más que confirmar un patrón que hemos observado en notas anteriores: la creciente intransigencia de ambas partes y la dificultad de encontrar un punto de encuentro. En nuestra cobertura del 15 de marzo de 2025, titulamos "trump sube la apuesta con aranceles récord a china", destacando cómo la estrategia del presidente estadounidense parecía más enfocada en proyectar fuerza que en buscar soluciones prácticas. Por otro lado, nuestro análisis del 2 de abril, "pekín contraataca: los aranceles chinos que desafían a washington", subrayó la determinación de China de no ceder ante las presiones externas.


La noticia de hoy refuerza esta dinámica de confrontación. La negativa de Pekín a reconocer negociaciones podría ser vista como un intento de deslegitimar las afirmaciones de Trump, pero también expone la fragilidad de la narrativa estadounidense. Si no hay diálogos activos, como asegura China, entonces las palabras de Trump suenan más a bravata que a estrategia. Sin embargo, la falta de transparencia de ambas partes nos impide llegar a una conclusión definitiva, un punto que hemos criticado en notas previas como "la opacidad de la guerra comercial" (10 de abril de 2025). Desde The Times en español, seguimos considerando que esta escalada beneficia poco a los ciudadanos de ambos países y mucho a los discursos políticos de sus líderes.



Te invitamos a seguir leyendo The Times en español para estar al tanto de los últimos desarrollos en este conflicto y sus repercusiones mundiales.

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