Jeannette Jara apunta al Tren de Aragua: un debate sobre migración y crimen organizado en Chile

La candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara, encendió el debate al señalar en CHV Noticias que el Tren de Aragua ingresó a Chile durante el gobierno de derecha, vinculando la crisis migratoria con el crimen organizado. En un contexto de creciente preocupación por la seguridad, sus declaraciones abren preguntas sobre políticas migratorias y cooperación internacional. The Times en Español analiza las implicaciones de este discurso en la carrera al 2025.

Chile12 de abril de 2025The Times en EspañolThe Times en Español
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Jeannette Jara

Santiago, Chile – Una declaración que marca la agenda, en una entrevista con CHV Noticias , Jeannette Jara, exministra del Trabajo y candidata presidencial del Partido Comunista (PC), abordó la compleja relación entre migración y seguridad en Chile. Consultada sobre cómo gestionar la repatriación de ciudadanos venezolanos condenados por delitos, Jara enfatizó la importancia de mantener relaciones diplomáticas con Venezuela para facilitar la reconducción de estas personas. “Quienes dejan sus países lo hacen por necesidad y problemas económicos”, afirmó, pero advirtió que “también han venido personas ligadas al crimen organizado. De hecho, en el gobierno de la derecha ingresó a Chile el Tren de Aragua y hemos tenido consecuencias de aquello”.


La mención del Tren de Aragua, una megabanda venezolana señalada por delitos como tráfico de personas, extorsión y homicidios, no pasó desapercibida. Jara propuso perseguir a estas organizaciones “con inteligencia policial” y garantizar el cumplimiento de las penas, posicionándose como una voz firme en un tema que domina las preocupaciones ciudadanas: la inseguridad, citada por el 71% de los chilenos como prioridad según encuestas recientes de Cadem.

La declaración de Jara se inserta en un Chile marcado por el aumento de la delincuencia y una crisis migratoria que ha tensionado el debate público. Desde 2018, la llegada de más de 500.000 migrantes venezolanos –según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)– ha transformado la demografía del país, especialmente en comunas como Santiago, Antofagasta y Puente Alto. Si bien la mayoría huye de la crisis económica y política en Venezuela, la presencia de grupos criminales como el Tren de Aragua ha generado alarma.


El Tren de Aragua, originado en la cárcel de Tocorón, Venezuela, expandió su influencia en Chile desde 2021, según InSight Crime, con actividades documentadas en Arica, Tarapacá y Santiago. Operaciones policiales han vinculado a la banda con secuestros, trata de personas y el asesinato del disidente venezolano Ronald Ojeda en 2024, un caso que desató tensiones diplomáticas con el gobierno de Nicolás Maduro. Jara atribuye su ingreso al segundo gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022), una afirmación que busca responsabilizar a la derecha, pero que también refleja la complejidad de un fenómeno transnacional. 
 
 
 
El gobierno de Gabriel Boric, donde Jara fue ministra hasta abril de 2025, ha enfrentado críticas por su manejo de la migración y la seguridad. Medidas como el fortalecimiento del Ministerio de Seguridad Pública y operativos contra el crimen organizado han sido insuficientes para calmar el descontento. En este escenario, la candidata del PC intenta diferenciarse, combinando un discurso de empatía hacia los migrantes con una postura dura contra la delincuencia.

Las palabras de Jara son un intento estratégico de abordar un tema espinoso sin caer en la xenofobia que ha marcado parte del debate. Al culpar al gobierno de Piñera por el ingreso del Tren de Aragua, busca desmarcarse de las críticas al oficialismo mientras apunta a un electorado preocupado por la seguridad. Sin embargo, su afirmación requiere matices. Si bien el aumento de la migración venezolana coincidió con el segundo mandato de Piñera, la expansión del Tren de Aragua es un fenómeno regional, impulsado por la crisis venezolana y la porosidad de las fronteras sudamericanas. Atribuirlo exclusivamente a un gobierno ignora factores estructurales como la falta de cooperación internacional y las limitaciones de inteligencia policial en la región. 
 
Desde nuestra perspectiva, el discurso de Jara enfrenta dos riesgos. Primero, podría alimentar narrativas que estigmatizan a los migrantes venezolanos, a pesar de su énfasis en distinguir entre quienes huyen por necesidad y los criminales. Segundo, su propuesta de “inteligencia policial” y cumplimiento de penas, aunque sensata, carece de detalles concretos. La reconducción de condenados a Venezuela, por ejemplo, depende de un gobierno de Maduro que ha negado la existencia del Tren de Aragua y ha mostrado poca disposición a colaborar. La ruptura de facto en las relaciones diplomáticas tras el caso Ojeda complica aún más este escenario. 
 
El enfoque de Jara también revela las tensiones internas del progresismo chileno. Mientras el PC busca mantener su base movilizada con un discurso de justicia social, debe competir con candidatas como Carolina Tohá (PPD), quien ha adoptado una postura más moderada en temas de seguridad. La mención del Tren de Aragua, un símbolo de la delincuencia transnacional, podría resonar con votantes desencantados, pero también exponer a Jara a críticas si no logra articular un plan robusto.

Las declaraciones de Jara generaron eco inmediato. En redes sociales, algunos usuarios elogiaron su franqueza: “Por fin alguien dice que el Tren de Aragua entró con la derecha”, escribió un simpatizante en X. Otros, sin embargo, la acusaron de politizar un problema complejo. “El crimen no tiene color político, Jeannette. Todos los gobiernos han fallado en seguridad”, replicó un usuario. Desde la derecha, figuras como el diputado Miguel Mellado (RN) podrían aprovechar para cuestionar su narrativa, señalando que el gobierno de Boric también ha enfrentado críticas por el aumento de delitos violentos.


Organizaciones de migrantes, como la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, han expresado preocupación por discursos que vinculen migración con crimen, temiendo un repunte de la xenofobia. “La mayoría de los venezolanos somos trabajadores, no criminales”, afirmó un vocero. En contraste, sectores oficialistas cercanos al PC respaldaron a Jara, destacando su experiencia en reformas sociales como un aval para abordar la inseguridad con un enfoque integral.

Las palabras de Jeannette Jara sobre el Tren de Aragua y la crisis migratoria reflejan el delicado equilibrio entre seguridad y derechos humanos en un Chile polarizado. Mientras la campaña presidencial de 2025 toma forma, su capacidad para traducir estas ideas en propuestas concretas será crucial. The Times en Español continuará siguiendo este debate, comprometido con un periodismo que desentraña las complejidades de un país en busca de soluciones justas y efectivas.

IMG_8272Puente Alto vibra con Jeannette Jara: un encuentro por la dignidad y la justicia social


 

 

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