Marco Enríquez-Ominami busca patrocinios para candidatura independiente en 2025

El líder Progresista apela a la ciudadanía para competir como independiente, denunciando exclusión de las primarias y prometiendo luchar contra injusticias.

Chile12 de mayo de 2025Irmina HerreraIrmina Herrera
Marco Enriquez-Ominami
Marco Enriquez-Ominami📷 Agencia-UNO

Santiago, 12 de mayo de 2025 – Marco Enríquez-Ominami, conocido como MEO, anunció su intención de postularse como candidato presidencial independiente para las elecciones de noviembre de 2025, tras ser excluido de las primarias y no contar con el respaldo de las cúpulas políticas.

En un mensaje dirigido a la ciudadanía, llamó a recolectar 40.000 firmas necesarias para oficializar su candidatura ante el Servicio Electoral (Servel), apelando a la “rabia, esperanza y voz” de los chilenos para representarlos en la contienda. “No me dejaron entrar a la primaria. No me respaldan las cúpulas, pero tengo algo más fuerte: tu rabia, tu esperanza, tu voz. Apoya mi derecho a competir y representarte. Por las pensiones, por los sueldos, por las injusticias y abusos. Voy si tú vas conmigo”, declaró Enríquez-Ominami en un video difundido en redes sociales. 

 Enríquez-Ominami, quien ha competido en las elecciones presidenciales de 2009, 2013, 2017 y 2021, busca por quinta vez llegar a La Moneda, esta vez como independiente, tras no lograr el respaldo del Partido Radical ni de otros pactos electorales.  

Un historial de candidaturas y desafíos


Enríquez-Ominami, de 51 años, es una figura conocida en la política chilena por su trayectoria como cineasta, exdiputado socialista (2006-2010) y fundador del Partido Progresista en 2010. En 2009, abandonó el Partido Socialista (PS) tras denunciar que la Concertación manipuló las reglas de las primarias para excluirlo, lanzándose como independiente y obteniendo un sorprendente 20,13% de los votos, quedando tercero. Sus campañas posteriores, ya bajo el PRO, fueron menos exitosas: 10,98% en 2013, 5,71% en 2017 y 7,61% en 2021.  
 
 
Su carrera no ha estado exenta de controversias. En 2016, fue investigado por presuntas irregularidades en el financiamiento de su campaña de 2013, vinculadas a la constructora brasileña OAS. Aunque fue absuelto en 2021 por el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, el caso generó un impacto mediático significativo. Además, en 2021, enfrentó un intento de exclusión del padrón electoral por el caso OAS, pero el Tribunal Calificador de Elecciones revocó la decisión, permitiéndole competir. 

La estrategia de la candidatura independiente


La decisión de Enríquez-Ominami de postularse como independiente responde a su exclusión de las primarias de los pactos progresistas y a la falta de apoyo de partidos tradicionales. En su mensaje, MEO apela directamente a la ciudadanía, posicionándose como un outsider que representa a quienes están desencantados con la élite política. “Por las pensiones, por los sueldos, por las injusticias y abusos”, promete abordar demandas sociales como la reforma al sistema de pensiones, el aumento de salarios y la lucha contra la desigualdad, temas que han marcado el debate público desde el estallido social de 2019. 


Según el Servel, para inscribir una candidatura presidencial independiente, se requieren al menos 33.369 firmas de patrocinadores, aunque MEO y sus seguidores apuntan a recolectar 40.000 para asegurar el cumplimiento. La campaña ha organizado conversatorios virtuales, como uno anunciado para el 6 de mayo con @marcoporchile
, y ha destacado la participación ciudadana como pilar de su estrategia.

Propuestas y visión política


Enríquez-Ominami ha centrado su discurso en un progresismo que combina justicia social con apertura al mercado, diferenciándose de la izquierda tradicional. En campañas anteriores, propuso reducir el gasto militar para financiar salud e infraestructura, garantizar derechos para minorías sexuales, incluyendo matrimonio y adopción igualitarios, y promover la integración latinoamericana con iniciativas como un pasaporte regional. Como coordinador del Grupo de Puebla, un foro de líderes progresistas iberoamericanos, ha abogado por una moneda común y un modelo de desarrollo basado en la solidaridad.  

En un análisis para Página/12 en 2023, MEO criticó el fracaso del proceso constituyente chileno y la persistencia de la Constitución de 1980, señalando que el gobierno de Gabriel Boric no ha logrado reformas estructurales en educación, salud o pensiones. Su narrativa actual, centrada en la “rabia” y la “esperanza” ciudadana, busca capitalizar el descontento con la clase política, un sentimiento que, según él, fue mal interpretado tras las protestas de 2019 como anticapitalista, cuando en realidad denunciaba abusos sistémicos.  

Desafíos y críticas


La candidatura de Enríquez-Ominami enfrenta varios obstáculos. La recolección de firmas es un proceso engorroso, como él mismo reconoció en 2009, cuando admitió dificultades para reunir las 36.000 requeridas. Además, su historial de resultados decrecientes en elecciones pasadas –de 20% en 2009 a 7,61% en 2021– genera escepticismo sobre su capacidad para competir con figuras como Evelyn Matthei, José Antonio Kast o Carolina Tohá, quienes lideran encuestas actuales.  

Análisis político de The Times en Español: Un desafío contra el establishment


La candidatura independiente de Marco Enríquez-Ominami es un intento audaz de capitalizar el descontento ciudadano en un contexto de polarización política y descrédito de las instituciones. Desde la perspectiva de The Times en Español, MEO se posiciona como un outsider que desafía a las cúpulas, pero su estrategia enfrenta riesgos significativos. 


Por un lado, su apelación directa a la ciudadanía, bypassing partidos tradicionales, resuena con un electorado desencantado, especialmente tras el estallido social y el fracaso de los procesos constituyentes. Su énfasis en pensiones, salarios y justicia social aborda demandas urgentes, mientras su experiencia en el Grupo de Puebla le otorga un perfil internacional que pocos candidatos chilenos poseen. Sin embargo, la fragmentación del voto progresista, con múltiples candidaturas en la izquierda, podría diluir su impacto, beneficiando a opciones de derecha como Kast o Matthei. 


Por otro lado, la percepción de MEO como un “perennial candidate” –término usado por Wikipedia para describir su insistencia electoral– podría restarle seriedad. Su incapacidad para superar el 20% desde 2009 y las críticas por presunto oportunismo, como las expresadas en X, sugieren que su base de apoyo es limitada. Además, la logística de recolectar 40.000 firmas en un sistema “engorroso”, como señaló el analista Roberto Izikson en 2009, será un desafío crucial.  
 
 
 
 
 Fuentes como El Mostrador, BBC Mundo y Página/12 destacan la capacidad de MEO para movilizar a sectores desencantados, pero también su dificultad para convertir ese apoyo en victorias electorales. Para The Times en Español, la candidatura de Enríquez-Ominami es un termómetro del descontento social, pero su éxito dependerá de su capacidad para transformar la “rabia” en un movimiento organizado y superar las barreras estructurales del sistema electoral chileno.  
 
 


 
 
 

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