Trump recicla a Waltz y eleva a Rubio en nuevo giro político

Mike Waltz pasa de asesor a embajador en la ONU, mientras Marco Rubio asume Seguridad Nacional interina

Estados Unidos01 de mayo de 2025Victor Manuel Arce GarciaVictor Manuel Arce Garcia
 Marco Rubio  Con Donald Trump
Marco Rubio Con Donald TrumpPhoto Ludovic Marin Sputnik

Washington, EE.UU., 1 de mayo de 2025 - En un movimiento que mezcla sorpresa y cálculo político, el presidente Donald Trump anunció este jueves la nominación de Mike Waltz como embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, mientras designa al secretario de Estado, Marco Rubio, como asesor interino de Seguridad Nacional. La decisión, comunicada a través de Truth Social, reconfigura el equipo de alto nivel de la Casa Blanca en un momento de tensiones internas y desafíos globales, apenas cuatro meses después del inicio de su segundo mandato. El anuncio llega tras semanas de rumores sobre el futuro de Waltz, quien enfrentó críticas por una filtración de datos sensibles en marzo, y eleva el perfil de Rubio como una figura ascendente en la órbita de Trump.


El cambio, que aún requiere la confirmación del Senado para el caso de Waltz, refleja la dinámica característica del liderazgo de Trump: una mezcla de lealtad recompensada y ajustes pragmáticos. Según fuentes cercanas a la administración, citadas por Politico y CBS, el presidente había contemplado destituir a Waltz tras el escándalo de "Signalgate", pero optó por mantenerlo dentro de su círculo, albeit en un rol diferente. Mientras tanto, la designación de Rubio como interino sugiere una apuesta por consolidar el poder en manos de un aliado experimentado y cada vez más influyente.


De la seguridad nacional a la diplomacia global


Mike Waltz, excongresista por Florida y veterano de las Fuerzas Especiales, asumió el cargo de asesor de Seguridad Nacional en enero de 2025 con un perfil sólido en temas de defensa. Sin embargo, su gestión quedó marcada por un error significativo: en marzo, según reveló The Atlantic, Waltz invitó accidentalmente al editor jefe Jeffrey Goldberg a un chat privado en Signal donde se discutían planes para ataques contra objetivos hutíes en Yemen. El grupo, que incluía a figuras como Rubio, el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Defensa Pete Hegseth, expuso detalles operativos sensibles, desatando un escándalo que erosionó su credibilidad.


A pesar de las críticas, Trump defendió a Waltz en su momento, calificándolo como "un patriota" y restando importancia al incidente. No obstante, reportes de Politico sugieren que la relación entre Waltz y la jefa de gabinete Susie Wiles se había deteriorado, y que figuras como Steve Bannon y Laura Loomer presionaban por una purga de funcionarios percibidos como insuficientemente leales. En este contexto, su nominación como embajador ante la ONU parece una salida elegante: un puesto de visibilidad internacional que aprovecha su experiencia militar, pero que lo aleja del núcleo estratégico de la Casa Blanca.


Analistas ven en esta decisión un gesto de Trump para recompensar la lealtad de Waltz sin ignorar sus fallos. "Waltz se mantuvo en la línea de Trump, y eso cuenta más que el tropiezo de Signal", señaló a The Times en español un exfuncionario republicano que pidió anonimato. "No es un despido, es un reciclaje político". Sin embargo, su confirmación en el Senado podría enfrentar obstáculos, dado que algunos legisladores demócratas han cuestionado su manejo de información clasificada.


Rubio: la estrella en ascenso


Por otro lado, la designación de Marco Rubio como asesor interino de Seguridad Nacional refuerza su posición como uno de los pilares de la administración Trump. El senador por Florida, quien asumió como secretario de Estado en enero, ha emergido como una voz clave en la política exterior, abogando por una postura dura hacia China y una reevaluación de las alianzas en Europa. Su ascenso al rol interino, que asumirá mientras mantiene su cargo en el Departamento de Estado, lo coloca en una posición única de influencia, supervisando tanto la diplomacia como la seguridad nacional.


Rubio, de 53 años, ha cultivado una relación cercana con Trump desde que abandonó sus críticas al magnate durante la campaña de 2016. Fuentes cercanas a la Casa Blanca, citadas por CNN, indican que el presidente valora su capacidad para articular la agenda "America First" con un tono más pulido que otros aliados como Vance o Hegseth. "Rubio es el puente entre el trumpismo puro y la política tradicional", comentó a The Times en español Sarah Miller, analista del Hudson Institute. "Este doble rol lo convierte en indispensable".
El nombramiento también podría ser un guiño estratégico. Con Waltz fuera del Consejo de Seguridad Nacional, Rubio tiene la oportunidad de moldear la política exterior en un momento crítico, con conflictos en Ucrania, el Medio Oriente y tensiones crecientes con Irán. Su designación como interino sugiere que Trump podría estar evaluándolo para un rol permanente, aunque no se descarta que busque otro candidato en las próximas semanas.


Un giro con implicaciones internas y externas


El doble anuncio tiene repercusiones que trascienden los nombres involucrados. En el ámbito interno, refuerza la narrativa de una administración que premia la lealtad por encima de los errores, un patrón visto en el primer mandato de Trump con figuras como Michael Flynn o Rex Tillerson. La salida de Waltz, combinada con la partida de su adjunto Alex Wong en abril, según CBS, también apunta a una purga silenciosa de quienes no encajan plenamente en el círculo íntimo del presidente.


A nivel internacional, la llegada de Waltz a la ONU podría alterar la dinámica de Estados Unidos en el organismo. Con su historial hawkish, es probable que adopte una postura combativa hacia adversarios como Rusia y China, aunque su falta de experiencia diplomática podría complicar negociaciones multilaterales. Mientras tanto, Rubio en Seguridad Nacional podría impulsar una línea más dura en temas como sanciones a Irán o apoyo a Israel, alineándose con las prioridades de Trump.


Desde The Times en español, este giro refleja dos realidades del trumpismo en 2025. Primero, la lealtad sigue siendo la moneda de cambio principal en la Casa Blanca. Waltz, a pesar de su error en Signal, no fue descartado como otros en circunstancias similares; su nominación a la ONU es una prueba de que Trump valora su alineamiento ideológico y personal. Fuentes serias como Politico [] y The New York Times [] coinciden en que este movimiento evita un desgaste público mientras mantiene a Waltz en una posición útil.


Segundo, el ascenso de Rubio señala una consolidación de poder en torno a figuras que combinan experiencia y adaptabilidad al estilo de Trump. Su doble rol, aunque temporal, lo posiciona como un posible sucesor en la línea de liderazgo republicano, un dato que no pasa desapercibido en un partido donde la influencia de Trump sigue siendo dominante. Para The Times en español, este ajuste sugiere que el presidente busca estabilidad tras meses de tensiones internas, pero también expone las fisuras de un equipo que aún no encuentra su ritmo.

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