Por: The Times en Español18 de abril de 2025

Trump proyecta acuerdo comercial con China en 3 o 4 semanas en medio de tensiones arancelarias

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que un acuerdo comercial con China podría concretarse en las próximas tres o cuatro semanas, a pesar de la escalada de aranceles que ha intensificado la guerra comercial entre ambas potencias.

Donal Trump - Sputnik

Washington, 18 de abril de 2025 – En un contexto de creciente tensión comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo comercial con China en un plazo de tres a cuatro semanas. Durante una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en la Casa Blanca, Trump afirmó: “Pensaría en las próximas tres o cuatro semanas, creo que tal vez todo podría concluirse”. Sus declaraciones reflejan un intento de proyectar confianza en medio de una guerra comercial que ha sacudido los mercados globales y generado incertidumbre económica.



La relación comercial entre Estados Unidos y China se ha deteriorado significativamente en los últimos meses debido a la imposición de aranceles recíprocos. Desde el 5 de abril, Washington aplica un arancel base del 10% a todas las importaciones, con exenciones limitadas, y el 9 de abril implementó tasas adicionales de hasta el 34% para 57 países con déficits comerciales, incluido China. Esto elevó los aranceles estadounidenses sobre productos chinos a un total de 145%. En respuesta, Pekín impuso tarifas del 125% a importaciones estadounidenses, intensificando el conflicto. 
 
El 10 de abril, la Casa Blanca sorprendió al anunciar una pausa de 90 días en los aranceles “recíprocos” para todos los países, excepto China, en un intento por estabilizar los mercados y facilitar negociaciones. Sin embargo, las tasas sobre China se mantuvieron, lo que ha complicado las conversaciones bilaterales. Trump, sin embargo, minimizó las tensiones, afirmando que no le preocupa que aliados de Estados Unidos fortalezcan sus lazos con China como reacción a las barreras comerciales impuestas por Washington. 
 
Por su parte, China ha mantenido una postura firme pero abierta al diálogo. La portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yongqian, señaló en una rueda de prensa que Pekín está dispuesto a continuar las negociaciones, pero exigió el cese inmediato de las “amenazas y el chantaje” por parte de Washington. He enfatizó que las conversaciones deben basarse en el “respeto mutuo” y acusó a Estados Unidos de ser el “iniciador” del aumento unilateral de aranceles, instando a que “quien cometió el error debe corregirlo”. 
 
Según He, el Ministerio de Comercio chino mantiene contactos de trabajo con departamentos estadounidenses, pero las profundas diferencias persisten. La reticencia de China a ceder ante lo que percibe como presiones estadounidenses refleja la complejidad política interna en Pekín, donde el presidente Xi Jinping enfrenta la necesidad de proyectar fortaleza frente a lo que considera una postura intimidatoria de Washington. 
 

La escalada arancelaria ha generado volatilidad en los mercados globales. En Estados Unidos, el índice S&P 500 perdió casi 6 billones de dólares en valor de mercado en los primeros días de abril, mientras que en Asia, índices como el Nikkei 225 de Japón y el Hang Seng de Hong Kong experimentaron fuertes fluctuaciones. A pesar de una breve recuperación tras la pausa arancelaria, los analistas advierten sobre el riesgo de una recesión global, con JPMorgan estimando una probabilidad del 60% este año. 
 
 
 
 
La comunidad internacional ha expresado preocupación. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acogió con cautela la pausa de 90 días en los aranceles, pero reiteró la necesidad de condiciones claras para estabilizar el comercio global. Por su parte, aliados como Canadá y México, aunque exentos de los aranceles “recíprocos”, enfrentan tasas del 25% sobre bienes no cubiertos por el acuerdo USMCA, lo que ha llevado a retaliaciones como las tarifas canadienses del 25% sobre vehículos estadounidenses. 
 
 
 

A pesar del optimismo de Trump, las declaraciones de sus asesores sugieren que las negociaciones con China están en una etapa preliminar. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, indicó que las conversaciones con Pekín están “en sus primeras etapas, si es que existen”. Por su parte, Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca, destacó la “buena relación” de Trump con Xi Jinping, pero evitó confirmar avances concretos. 
 
El historial de Trump en materia comercial muestra una inclinación por combinar presión arancelaria con negociaciones de última hora. Durante su primer mandato, logró un acuerdo comercial de “fase uno” con China en 2020, aunque fue ampliamente criticado por no abordar problemas estructurales. La actual estrategia de imponer altas tarifas mientras se ofrece una ventana de negociación parece seguir este patrón, pero el endurecimiento de la postura china y la complejidad de los temas pendientes –como el robo de propiedad intelectual y las transferencias tecnológicas forzadas– podrían retrasar o frustrar un acuerdo. 
 

La promesa de Trump de un acuerdo comercial en tres o cuatro semanas debe tomarse con escepticismo. Si bien su administración ha demostrado habilidad para generar presión mediante aranceles, la respuesta de China indica que Pekín no está dispuesto a ceder fácilmente. La retórica de “respeto mutuo” de China choca con la estrategia de confrontación de Trump, lo que podría prolongar el estancamiento. Además, la exclusión de China de la pausa arancelaria de 90 días sugiere que Washington busca mantener la presión, lo que podría endurecer aún más la posición de Xi Jinping.


El impacto económico de esta guerra comercial no puede subestimarse. Los consumidores estadounidenses enfrentan la perspectiva de precios más altos, mientras que las empresas globales, como Amazon, ya anticipan trasladar los costos de los aranceles a los compradores. En China, las restricciones a las exportaciones de tierras raras y componentes tecnológicos muestran que Pekín está dispuesto a usar su influencia en cadenas de suministro críticas como arma de retaliación. 
 
 
 
The Times en español considera que, para evitar una recesión global, ambas partes deben priorizar el diálogo sobre la confrontación. La comunidad internacional, incluidos aliados de Estados Unidos, debería desempeñar un papel mediador para reducir las tensiones. Sin embargo, la imprevisibilidad de Trump y la firmeza de China hacen que el camino hacia un acuerdo sea incierto. La próxima semana será crucial para determinar si las negociaciones avanzan o si el mundo se encamina hacia una escalada comercial aún mayor.

¡Sigue informado con The Times en Español!
No te pierdas las últimas noticias y tendencias suscribiéndote a nuestro newsletter en https://thetimes.cl/newsletter. ¡Únete a nuestra comunidad y mantente al día!

Perú: ley mordaza amenaza la libertad de prensa con cárcel para periodistas