Chile no descarta romper lazos con Israel por Gaza

Santiago, Chile – La reciente decisión del gobierno chileno de retirar a sus agregados militares en Israel ha desatado un intenso debate sobre el futuro de las relaciones diplomáticas entre ambos países, en un contexto cada vez más tenso por el conflicto en Gaza. La ministra vocera de Gobierno, Aisén Etcheverry, no descartó la posibilidad de una ruptura total de relaciones con el Estado hebreo, al afirmar en una entrevista con Radio Futuro que "siempre se puede llegar a eso", una declaración que ha generado tanto especulaciones como críticas, tanto en Chile como en el ámbito internacional.

A pesar de que el gobierno ha pedido "no especular" sobre futuras decisiones, las palabras de Etcheverry reflejan una postura firme frente a la cruda situación humanitaria en Gaza, posicionando a Chile como un actor relevante en el panorama internacional contemporáneo.

Retiro de agregados militares: una señal clara

El pasado miércoles, el gobierno del presidente Gabriel Boric anunció el retiro de los agregados militares chilenos en Tel Aviv, una medida que responde a la grave situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde la ofensiva militar israelí ha causado una trágica cantidad de víctimas civiles. Según el canciller Alberto van Klaveren, esta acción debe ser evaluada "en sus propios méritos", destacando que es una medida "específica y precisa" que no implica, por ahora, una ruptura total de las relaciones diplomáticas.

Sin embargo, la decisión ha abierto un debate sobre si este paso es el preludio de una postura más contundente contra Israel. En este contexto, Aisén Etcheverry, quien también es ministra de Ciencia, explicó en Radio Futuro que la relación entre Chile e Israel está "inevitablemente marcada" por el conflicto en Gaza. "Siempre se puede llegar a eso, es una posibilidad que existe siempre en el horizonte. No es la decisión que se está tomando ahora", afirmó, subrayando que la medida actual responde a un análisis profundo y un objetivo específico. Además, enfatizó que, aunque Chile es un país pequeño y geográficamente lejano, su voz tiene peso en los foros multilaterales donde aboga por los derechos humanos y la resolución pacífica de conflictos.

Por su parte, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, pidió a la opinión pública que evite especular sobre futuras decisiones. "No es prudente especular. Las decisiones que ha ido tomando el gobierno a través de la Cancillería han sido anunciadas y, por tanto, lo que se puede informar es esta decisión precisa", señaló. Este llamado a la calma busca evitar tensiones adicionales, especialmente considerando las críticas de la oposición, que han cuestionado la medida por sus posibles impactos en los intereses comerciales y de seguridad de Chile.

Chile y su tradición diplomática

Históricamente, Chile ha mantenido una postura de neutralidad en conflictos internacionales, promoviendo el diálogo y la cooperación a nivel global. No obstante, su relación con la causa palestina tiene raíces profundas, influenciada por una de las comunidades palestinas más grandes de América Latina, que data de finales del siglo XIX. Esta comunidad, junto con la sociedad civil chilena, ha ejercido presión para que el gobierno adopte posturas más críticas hacia Israel, especialmente ante los recientes acontecimientos en Gaza.

Un evento significativo fue la manifestación masiva que tuvo lugar en mayo de 2024, donde cientos de personas se reunieron en la Plaza de la Constitución en Santiago para exigir la ruptura de relaciones con Israel, coincidiendo con el 76° aniversario de la Nakba, un término que se refiere a la catástrofe palestina de 1948. Esta presión social se suma a iniciativas más formales, como la denuncia presentada por 620 abogados chilenos ante la Corte Penal Internacional, en la que se acusa al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de crímenes contra la humanidad.

A pesar de estas tensiones, el canciller Van Klaveren ha reiterado que una ruptura diplomática no está contemplada en el corto plazo, recordando que Chile reconoce tanto el derecho de Israel como el de Palestina a tener fronteras seguras. Esta postura refleja el delicado equilibrio que el gobierno busca mantener entre sus valores de derechos humanos y sus intereses comerciales y diplomáticos con Israel.

La decisión de Chile no ocurre en un vacío. En América Latina, países como Bolivia y Colombia han tomado medidas más drásticas, rompiendo relaciones con Israel en 2023 y 2024, respectivamente, como reacción a los ataques en Gaza. México, por su parte, ha optado por una postura de neutralidad, con el presidente Andrés Manuel López Obrador descartando cualquier ruptura diplomática. Estas diferencias reflejan la complejidad del panorama regional, donde la izquierda latinoamericana generalmente se alinea con la causa palestina, mientras que otros gobiernos buscan mantener relaciones diplomáticas con Israel.

El retiro de los agregados militares y las declaraciones de Etcheverry refuerzan la imagen de Chile como un país comprometido con los derechos humanos y el derecho internacional. No obstante, estas decisiones generan preocupaciones sobre posibles repercusiones en las relaciones comerciales y de defensa con Israel, un socio clave en sectores como la tecnología militar. El canciller Van Klaveren aclaró que los contratos militares existentes con Israel se mantendrán, aplicando una "lógica comercial" que busca separar los intereses económicos de las posturas políticas.

La oposición chilena ha criticado la medida, argumentando que podría debilitar la posición de Chile en materia de defensa y aislar al país en el ámbito internacional. Por otro lado, entre los sectores oficialistas, como el diputado Gonzalo Winter, ha surgido el llamado a medidas más contundentes, como la expulsión del embajador israelí. Esta divergencia refleja las tensiones internas en Chile sobre cómo abordar el conflicto en Gaza.

La decisión del gobierno chileno de retirar a sus agregados militares de Israel y las declaraciones de Aisén Etcheverry sobre la posibilidad de romper relaciones diplomáticas marcan un punto de inflexión en su política exterior. Bajo el liderazgo de Gabriel Boric, Chile ha adoptado una postura más asertiva frente a la situación en Gaza, alineándose con los principios de derechos humanos que han sido centrales en su discurso. Sin embargo, esta postura presenta riesgos evidentes; fortalece la imagen de Chile como un actor relevante en los foros multilaterales, pero también podría tensar las relaciones con Israel y generar fricciones con aliados como Estados Unidos.

Desde un punto de vista periodístico, la cobertura de esta noticia debe equilibrar la precisión factual con la sensibilidad del tema. La frase "siempre se puede llegar a eso" de Etcheverry es emblemática, pero también genera especulaciones sobre una ruptura inminente, lo que puede llevar a malentendidos. Los medios tienen la responsabilidad de presentar tanto las razones del gobierno chileno como las posibles implicaciones de sus decisiones, evitando caer en la trampa de la polarización.

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