Ministra de Defensa anuncia aumento del 50% en asignaciones para conscriptos del Servicio Militar
En el Regimiento Buin, la ministra Adriana Delpiano destacó un incremento del 50% en las asignaciones para soldados conscriptos, efectivo este mes, y un 75% a partir de 2026. La medida busca incentivar la participación juvenil en el Servicio Militar y mejorar sus condiciones de vida.
Santiago, 15 de abril de 2025 - En una ceremonia cargada de simbolismo en el Regimiento de Infantería N°1 “Buin”, ubicado en la comuna de Recoleta, Santiago, la ministra de Defensa Nacional, Adriana Delpiano, dio la bienvenida a un nuevo contingente de soldados conscriptos que iniciaron su Servicio Militar. Acompañada por el comandante en jefe del Ejército, general Javier Iturriaga, y el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Galo Eidelstein, la autoridad destacó una medida que ha generado expectativa en el ámbito militar: un aumento del 50% en las asignaciones mensuales para los conscriptos, efectivo desde abril de 2025, con un incremento adicional que alcanzará el 75% a partir de 2026.
El anuncio se realizó en el marco de una visita al regimiento, donde la ministra tuvo la oportunidad de recorrer las instalaciones, observar las condiciones en las que operan los jóvenes y dialogar con un grupo de 70 conscriptos provenientes de la Región de La Araucanía, quienes se presentaron en la unidad militar el pasado sábado 12 de abril. Durante su recorrido, Delpiano presenció los exámenes médicos y dentales a los que son sometidos los conscriptos, una práctica que, según afirmó, refleja un enfoque renovado en el cuidado integral de los jóvenes. “Hemos visto todas las instalaciones, la comida y, sobre todo, un tema interesante: hoy hay mayor preocupación por la salud física, dental y mental de los jóvenes”, señaló la secretaria de Estado.
La ministra también destacó que el Regimiento Buin es uno de los 40 centros a nivel nacional donde se lleva a cabo el proceso de conscripción, un programa que, en su opinión, no solo cumple una función de defensa, sino que también actúa como una puerta de entrada para que los jóvenes consideren una carrera militar. “Desde aquí hago un llamado a los jóvenes del país para que se acerquen al próximo proceso de conscripción”, afirmó Delpiano, subrayando que el gobierno está explorando incentivos adicionales, como puntajes o reconocimientos, para aquellos que decidan permanecer en las Fuerzas Armadas tras cumplir su servicio obligatorio.
El incremento en las asignaciones para los conscriptos de todas las ramas de las Fuerzas Armadas —Ejército, Armada y Fuerza Aérea— es el resultado de una ley aprobada por el Congreso en 2024, que busca mejorar las condiciones económicas de los jóvenes que cumplen con el Servicio Militar. Este ajuste, que comenzó a regir en abril de 2025, representa un cambio significativo en la remuneración de los conscriptos, quienes históricamente han percibido montos modestos por su labor.
El aumento se implementará en dos etapas. En 2025, los soldados conscriptos de primer año verán su sueldo mensual pasar de $124 mil a $187 mil, lo que representa un incremento del 50%. Si se incluyen las asignaciones de zona, que varían según la ubicación geográfica del regimiento, los conscriptos podrían percibir hasta $343 mil. Por su parte, los conscriptos de segundo año pasarán de $131 mil a $197 mil, con un máximo de $361 mil incluyendo las asignaciones de zona.
A partir de 2026, los incrementos serán aún más significativos. Los conscriptos de primer año recibirán $218 mil mensuales, con un máximo de $374 mil si se consideran las asignaciones de zona. Los de segundo año, en tanto, percibirán $230 mil, con un tope de $394 mil. Estos montos representan un aumento del 75% respecto a los valores previos a la reforma, un cambio que el gobierno espera sea un incentivo para atraer a más jóvenes al Servicio Militar.
La ministra Delpiano explicó que el objetivo de esta medida es doble: por un lado, mejorar las condiciones de vida de los conscriptos durante su servicio, y por otro, posicionar el Servicio Militar como una opción atractiva para aquellos que buscan una formación integral y una posible carrera en las Fuerzas Armadas. “La conscripción debe ser vista como una oportunidad, no como una obligación”, afirmó, destacando que el aumento en las asignaciones es solo una parte de un esfuerzo más amplio por modernizar el sistema.
El Regimiento de Infantería N°1 “Buin” ha sido un símbolo de la tradición militar chilena, y este año no es la excepción. Los 70 jóvenes provenientes de La Araucanía que llegaron al regimiento el 12 de abril forman parte de un contingente más amplio que incluye a 6.235 conscriptos en todo el Ejército, una cifra superior a los 5.527 acuartelados en 2024. Según datos oficiales, a la fecha se han completado 4.126 cupos, de los cuales 3.437 corresponden a hombres y 689 a mujeres, lo que evidencia una creciente participación femenina en el Servicio Militar.
Durante su visita, la ministra pudo constatar las mejoras en las instalaciones del regimiento, que incluyen dormitorios, comedores y áreas de entrenamiento. También destacó la implementación de protocolos de salud más rigurosos, que incluyen revisiones médicas, dentales y psicológicas para garantizar el bienestar de los conscriptos. “Todos los que están aquí ya pasaron una selección y también han tenido hoy una revisión de salud dental”, señaló Delpiano, subrayando el compromiso del Ejército con la salud integral de los jóvenes.
El general Javier Iturriaga, comandante en jefe del Ejército, acompañó a la ministra durante el recorrido y reforzó el mensaje de que el Servicio Militar es una experiencia formativa que combina disciplina, valores y oportunidades de desarrollo personal. “Estamos orgullosos de recibir a estos jóvenes y de ofrecerles un entorno donde puedan crecer y contribuir al país”, afirmó.
El Servicio Militar en Chile ha sido objeto de debate durante décadas. Mientras algunos lo consideran una tradición esencial para la formación de los jóvenes y la defensa nacional, otros lo ven como una práctica obsoleta en un mundo donde los ejércitos profesionales son la norma. En este contexto, el aumento en las asignaciones y las mejoras en las condiciones de los conscriptos pueden interpretarse como un intento del gobierno por revitalizar el programa y hacerlo más atractivo para las nuevas generaciones.
Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de varios factores. En primer lugar, la capacidad de las Fuerzas Armadas para cumplir con las expectativas generadas por los incrementos salariales y las mejoras en infraestructura. En segundo lugar, la efectividad de las campañas de comunicación para atraer a más jóvenes, especialmente en un contexto donde el mercado laboral ofrece otras alternativas. Finalmente, el gobierno deberá garantizar la sostenibilidad financiera de estos incrementos, especialmente considerando las múltiples demandas sociales que enfrenta el país.
La participación femenina, aunque en aumento, sigue siendo minoritaria, lo que plantea la necesidad de estrategias específicas para fomentar la inclusión de mujeres en el Servicio Militar. Asimismo, la idea de otorgar puntajes o reconocimientos a quienes completen el servicio y deseen continuar en las Fuerzas Armadas podría ser un incentivo interesante, pero requerirá una implementación clara y transparente para evitar desigualdades.
La decisión del gobierno chileno de incrementar las asignaciones para los conscriptos del Servicio Militar en un 50% en 2025 y un 75% en 2026 marca un punto de inflexión en la forma en que el país aborda la conscripción. Este aumento, acompañado de mejoras en la infraestructura y el enfoque en la salud integral de los jóvenes, refleja un esfuerzo por modernizar un sistema que, para muchos, había quedado rezagado en el tiempo. La ministra Adriana Delpiano ha presentado esta reforma como una oportunidad para que los jóvenes no solo cumplan con una obligación cívica, sino que también accedan a una experiencia formativa que puede abrir puertas a una carrera militar.
Sin embargo, el impacto real de esta medida dependerá de su ejecución. Las mejoras en las condiciones de los conscriptos son un paso positivo, pero deben ir acompañadas de una estrategia clara para aumentar la participación juvenil, especialmente en un contexto donde el Servicio Militar compite con otras opciones educativas y laborales. La creciente presencia de mujeres en el programa es un avance, pero aún queda camino por recorrer para lograr una representación equitativa.
Desde una perspectiva económica, el aumento en las asignaciones plantea preguntas sobre su sostenibilidad en el largo plazo, especialmente en un país con múltiples prioridades sociales. El gobierno deberá demostrar que esta inversión no solo beneficia a los conscriptos, sino que también fortalece la seguridad nacional y la cohesión social. Además, la idea de vincular el Servicio Militar con incentivos para una carrera en las Fuerzas Armadas es prometedora, pero requerirá una planificación cuidadosa para evitar que se perciba como una promesa vacía.
The Times en español seguirá monitoreando cómo esta reforma impacta la percepción del Servicio Militar en Chile y su capacidad para atraer a las nuevas generaciones. En un mundo donde la defensa nacional se redefine constantemente, iniciativas como esta pueden ser clave para construir unas Fuerzas Armadas más inclusivas, profesionales y conectadas con las necesidades de la sociedad.