Vlado Mirosevic denuncia nueva amenaza de muerte del pastor Soto por ley de eutanasia
El diputado y precandidato presidencial Vlado Mirosevic (PL) denunció una segunda amenaza de muerte por parte del autodenominado pastor Soto, ocurrida en una estación Copec de la Ruta 68, mientras almorzaba con su equipo. El incidente, grabado en video, está vinculado a su apoyo a la ley de eutanasia.
Valparaíso, 15 de abril de 2025 – El diputado liberal y precandidato presidencial Vlado Mirosevic denunció este 14 de abril de 2025 una nueva amenaza de muerte por parte del autodenominado pastor Soto, un personaje conocido por sus confrontaciones públicas y posturas ultraconservadoras. El incidente ocurrió en una estación Copec de la Ruta 68, camino al Congreso en Valparaíso, mientras Mirosevic almorzaba con su equipo. Según el parlamentario, el pastor lo increpó agresivamente por su rol como impulsor del proyecto de ley de eutanasia, un tema que ha generado fuerte polarización en Chile.
En un video compartido por Mirosevic en redes sociales, cuya transcripción parcial fue proporcionada, el diputado relató: “Ninguna amenaza ni fanatismo me frenará en la promoción de la ley de eutanasia. ‘Pastor’ Soto me amenaza de muerte por segunda vez mientras almorzaba con mi equipo en la Copec de la Ruta 68 camino al Congreso en Valparaíso”. El parlamentario anunció que presentará una denuncia formal ante la Policía de Investigaciones (PDI), acompañada del registro audiovisual como evidencia. En el material, según indicó, se cubrieron los rostros de menores presentes en el lugar, quienes se mostraron incómodos por la situación.
El encuentro tuvo lugar el lunes 14 de abril, cuando Mirosevic se detuvo en la estación de servicio. Según su relato, Soto lo abordó de manera hostil, intentando disuadirlo de continuar con la tramitación del proyecto de eutanasia, una iniciativa que busca garantizar el derecho a una muerte digna para pacientes con enfermedades terminales. “Pretendía, en su fanatismo, que abandonemos la ley de eutanasia. Esta vez está todo registrado en video”, afirmó Mirosevic en una publicación en redes sociales. El diputado subrayó que el incidente no lo detendrá: “El fanatismo jamás le podrá ganar a la tolerancia. La eutanasia es una ley humanitaria y compasiva, y vamos a seguir avanzando hasta que sea ley”.
Por su parte, el pastor Soto negó haber proferido amenazas directas. En declaraciones a medios locales, aseguró que su interacción se limitó a citar un versículo bíblico, específicamente Romanos 6:23: “La paga del pecado es muerte”. Según Soto, su intención era advertir a Mirosevic sobre las consecuencias espirituales de promover la eutanasia, a la que califica como una “ley asesina”. “El diputado le teme a un versículo bíblico que le cité”, se defendió, desestimando las acusaciones como una reacción exagerada.
El video, que Mirosevic presentará como prueba en su denuncia, aún no ha sido difundido públicamente en su totalidad, pero el parlamentario aseguró que captura la naturaleza intimidatoria del encuentro. “Esta vez no hay ambigüedades; está todo registrado”, señaló, enfatizando que las autoridades deberán determinar las responsabilidades legales.
No es la primera vez que Mirosevic y Soto protagonizan un altercado por este tema. En julio de 2024, el diputado denunció un episodio similar en otra estación Copec de la misma ruta, cuando el pastor lo increpó mientras almorzaba, acusándolo de “invocar al ángel de la muerte” por su apoyo a la eutanasia. En esa ocasión, Soto también citó el mismo versículo bíblico y, según Mirosevic, lo amenazó explícitamente con “atenerse a las consecuencias de su muerte”. Tras ese incidente, el parlamentario presentó una denuncia ante la PDI, aunque no se han conocido avances significativos en la investigación.
Soto, una figura controvertida en Chile, ha sido denunciado en múltiples ocasiones por agresiones verbales y físicas contra parlamentarios, activistas y ciudadanos que considera contrarios a sus creencias. En 2023, por ejemplo, la Cámara de Diputados, entonces presidida por Mirosevic, presentó una querella contra él por atacar a las diputadas comunistas Marisela Santibáñez y Daniela Serrano en las afueras del Congreso. Estas acciones han generado llamados a reforzar las medidas de seguridad para los legisladores, especialmente en Valparaíso, donde Soto frecuenta los alrededores del hemiciclo.
La denuncia de Mirosevic se produce en un momento clave de su carrera política. Como precandidato presidencial del Partido Liberal para las elecciones de 2025, el diputado ha centrado su discurso en temas progresistas, como los derechos humanos, la igualdad de género y, especialmente, la eutanasia. El proyecto de ley, que él copatrocina, ha avanzado lentamente en el Congreso debido a resistencias de sectores conservadores y religiosos, que lo consideran una amenaza a los valores tradicionales. La confrontación con Soto, un símbolo del fundamentalismo religioso, refuerza la narrativa de Mirosevic como defensor de la tolerancia frente al dogmatismo.
El caso también pone en el foco la seguridad de los políticos en Chile, un país que, si bien no registra altos niveles de violencia política comparado con otros en la región, ha visto un aumento de la polarización. Incidentes como este, sumados a recientes amenazas contra otras figuras públicas, han llevado a expertos a advertir sobre la necesidad de protocolos más estrictos para proteger a los legisladores, especialmente durante campañas electorales.
La nueva amenaza de Soto contra Mirosevic no es un hecho aislado, sino un síntoma de la creciente polarización en Chile en torno a temas valóricos. La eutanasia, como otros debates éticos, ha expuesto una fractura entre quienes defienden la autonomía personal y quienes se aferran a dogmas religiosos. Sin embargo, el incidente trasciende la discusión legislativa: pone en cuestión hasta qué punto el discurso de odio, disfrazado de fervor religioso, puede escalar hacia la violencia.
Soto, con su historial de agresiones, representa un desafío para el Estado de derecho. Permitir que sus acciones queden impunes envía un mensaje de permisividad que podría alentar a otros extremistas. La respuesta de las autoridades será clave: una investigación rigurosa, respaldada por el video, podría marcar un precedente contra la intolerancia. Sin embargo, el caso también interpela a la sociedad chilena, que debe decidir si tolerará que el fanatismo ahogue el diálogo democrático.
Mirosevic, por su parte, emerge fortalecido como figura política, pero a un costo personal alto. Su decisión de no ceder ante las amenazas es un acto de coraje, pero también un recordatorio de los riesgos que enfrentan los líderes progresistas en un contexto de creciente hostilidad. La ley de eutanasia, más allá de sus méritos, se convierte ahora en un símbolo de resistencia frente al oscurantismo.