La OMS señaló que La variante ómicron, que está clasificada en la actualidad como variante de preocupación, es la que más circula en el mundo. Casi todas las secuencias del SARS-CoV-2 enviadas a la GISAID (iniciativa internacional para compartir datos genómicos del virus de la gripe y del SARs-Co-2) pertenecen a esta variante, que consta de varios sublinajes, todos ellos sometidos a vigilancia por la OMS.
Los sublinajes más frecuentes son el BA.1, el BA.1.1 En las últimas semanas, la proporción de secuencias notificadas de BA.2 ha aumentado con respecto al sublinaje BA.1, a pesar de que la circulación mundial de todas las variantes está disminuyendo La investigación se refirió sobre las epidemias de enfermedades infecciosas que han tenido letalidad se ha observado un incremento del riesgo de problemas mentales, agudizando síntomas ansiosos, depresivos y de estrés postraumático en los infectados por Covid , sus familias y el personal de salud que los atiende.
La información actual sobre la pandemia por COVID-19 tiene la particularidad que no tienen precedentes. Entre estas particularidades están: el riesgo de contagio por personas asintomáticas; la amplia variabilidad en la gravedad de los síntomas de los infectados, las medidas de distanciamiento social implementadas en casi todos los países del mundo que han sido de larga duración y han llevado tanto a problemas económicos como a cambios en la manera de trabajar, recibir educación, vivir en familia y relacionarse con otros.
Todo esto hace que no sea predecible el impacto real en la salud mental y que sea imperiosa la necesidad de investigar sobre el tema desde varios ángulos de hecho, ya se han planteado tópicos prioritarios en salud mental que deben ser investigados de manera interdisciplinaria señaló la investigación.
La investigación en salud mental durante la pandemia es muy importante en Latinoamérica, donde la mortalidad por COVID-19 está entre las más altas del mundo y la frecuencia de condiciones de vulnerabilidad como la pobreza, el hacinamiento y dificultades en el acceso a los servicios de salud pueden hacer que el efecto sea muy distinto al que se pueda observar en otras regiones.
Otro tema que se ha considerado prioritario en investigación es el de las consecuencias de la infección por COVID-19 sobre la salud mental de quienes han estado infectados; tanto por las consecuencias psicológicas de tenerlo como por las alteraciones neurológicas a corto y largo plazo que pueden presentarse por la enfermedad.
Así mismo, se ha pensado que es posible que el pronóstico de los trastornos mentales se afecte y que se incrementen las tasas de suicidio.
Adicionalmente, se ha propuesto la necesidad de un seguimiento a los niños ˜ cuyas madres tenían infección por el embarazo por posibles efectos a largo plazo como los que han sido descritos para otras enfermedades virales.
Sin duda, los temas que se han planteado dentro de las agendas de investigación por la pandemia. Indudablemente quedan muchos por fuera y es la oportunidad para crear conocimiento que pueda utilizarse en un futuro para situaciones similares y evaluar nuevas formas de atención que podrían seguir usándose aun cuando se acabe esta contingencia.
Gonzalo Castro Moreno Enfermeria USACH.
Nuestras Redes Sociales