
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, realizó este miércoles 9 de marzo su última cadena nacional, previo al cambio de mando presidencial que se llevará a cabo el próximo viernes 11 de marzo en el Salón de Honor del Congreso, en Valparaíso.
En la instancia, el Jefe de Estado hizo un mea culpa y reconoció que “estamos muy conscientes de que durante nuestro Gobierno cometimos errores, pero les aseguro que siempre entregamos lo mejor de nosotros mismos y siempre hicimos lo que, con convicción, creíamos era lo mejor para Chile”.
“A nuestro Gobierno le quedan solo dos días de mandato, pero a Chile y a los más jóvenes les queda toda una vida por delante. Los países no se construyen de un día para otro, cada generación, cada Gobierno construye sobre la obra de quiénes lo antecedieron y también pasa la posta a quiénes asumen el relevo del futuro”, expresó.
“Así se construyen los países, con unidad, colaboración, con imaginación, espíritu emprendedor y siempre con mucho esfuerzo”, complementó.
“Esta noche quiero compartir con ustedes éxitos, fracasos, penas y alegrías que hemos vivido en esta Casa de Todos, que es La Moneda. Gobernar nunca ha sido fácil y a nosotros nos ha tocado especialmente difícil”, reflexionó el Jefe de Estado.
En este sentido, recordó que “en nuestro primer Gobierno debimos enfrentar desafíos tan grandes como reconstruir nuestro país después del devastador terremoto del 27F y alegrías como la búsqueda, encuentro y rescate sanos y salvos de nuestros 33 mineros”.
“Ahora, también, hemos gobernado en tiempos muy difíciles, no solo las dificultades propias de todo Gobierno, tuvimos que convivir con el rostro de la adversidad“, sostuvo el Presidente Piñera, recordando particularmente el estallido social.
“El estallido social de octubre del 2019, la ola irracional de violencia destructiva que se expandió por todo nuestro territorio, la crisis política y la demanda por un nuevo Pacto Social, la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años, la mayor recesión de la economía mundial de los últimos 60 años y, también, la peor sequía de nuestra historia”, recapituló el Mandatario.
Según el Presidente Piñera, “todas estas crisis y adversidades significaron muchas privaciones, dolores y angustias para las familias chilenas, y comprometieron toda nuestra voluntad y nuestro esfuerzo por llevar ayuda y alivio”.
“La ola de violencia dejó muchos heridos y lesionados, pero lo más doloroso fue la pérdida de vidas humanas. Esta violencia la enfrentamos con todos los instrumentos del Estado de Derecho, incluyendo el Estado de Excepción Constitucional, buscando siempre, siempre compatibilizar el orden público y la seguridad ciudadana con el respeto a las libertades y los derechos humanos de todos”, puntualizó.
Bajo este contexto, el Mandatario recalcó que “en ese tiempo, no contábamos con Fuerzas de Orden con la preparación y contingente adecuado y necesario para la magnitud de esta grave y sorpresiva violencia. Y, además, con el paso de los días quedó en evidencia la histórica fragilidad del Estado en materia de inteligencia”.
“La recesión económica la asumimos buscando siempre proteger los empleos de los trabajadores, los ingresos de las familias y la sobrevivencia y desarrollo de las Pymes”, enfatizó.
A su vez, declaró que “la crisis social la abordamos construyendo en forma muy rápida una Red de Protección Social, que logró llevar alivio a más de 17 millones de compatriotas y ayudó a más de 1 millón de Pymes. Estamos conscientes de la crítica, de no haber podido llegar a todos y a tiempo y, por supuesto, sentimos y lamentamos las dificultades que vivieron tantas familias chilenas”.
“La magnitud de la crisis económica y social requirió una profunda reestructuración y planificación por parte del Gobierno. Quiero recordar que en esos tiempos nadie sabía cuánto iba a durar la pandemia que, además, ya lleva más de 2 años”, dijo.
“En pocas semanas debimos construir una base de datos que no existía, que nos permitiera llegar a 15 millones de ciudadanos que nunca antes habían recibido una transferencia del Estado o una transferencia directa del Estado. Esto significó un cambio de paradigma en muchas instituciones que tuvieron que reinventarse, retransformarse para enfrentar la emergencia”, aseguró.
El Presidente Piñera reconoció que fue “una tarea titánica y contra el tiempo, para poder llegar con la ayuda que la inmensa mayoría de los chilenos necesitaba”.
El último torpedeo a la Convención Constitucional:
El Jefe de Estado saliente aprovechó su última cadena nacional para lanzar duros cuestionamientos al órgano redactor de la Norma Suprema: “Me preocupa el excesivo afán refundacional e identitario de amplios sectores de la Convención Constitucional. Chile no nace con esta Convención“.
No contento con ello, el empresario y líder de la derecha chilena repasó algunas fake news para desinformar sobre los artículos y normativas que han sido aprobados por el pleno: “Me preocupa debilitar al Poder Judicial, debilitar la igualdad ante la Ley […] Tampoco es bueno restringir las libertades de las personas como la libertad de conciencia, la libertad de religión, la libertad de expresión o la libertad de los padres de formar y elegir la educación de sus hijos”.
Finalmente, el mandatario sembró la duda sobre dos tópicos de gran interés ciudadano que no han sido restringidos por la Convención. Aun así, Piñera denunció a la constituyente y señaló: “No es bueno debilitar la libertad de emprendimiento o el derecho de propiedad”.
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